Masticando libertad
Karl Marx, libro, La cuestión Judía, pag 45, Cito:

“ O sea que la libertad es el derecho de hacer y
deshacer lo que no perjudique a otros. Los limites en los que cada uno puede
moverse sin perjudicar a otro, se halla determinado por la ley, lo mismo que la
linde entre dos campos por la cerca.
(En Oriente Cunfucio profesaba casi lo mismo con respecto
a la libertad, dos puntos en común en filosofías distantes)
Si bien el libro la cuestión Judía de Marx, hace referencia
al traslado histórico de poder, en sus bases la religión cristiana y en sus
columnas la industrialización acompañada de sus aliadas, la tecnología, la
materialización comercial e ideológica.
El poder como estandarte, en la dominación de clases en
línea directa e indirecta, consciente e inconsciente.
El nuevo Dios es mucho mas represor de la libertad que el
antiguo Dios trascendental, este no castiga frente al pecado sino que humilla
la dignidad humana. ¿cómo? Privándolo absolutamente de su libertad, hipoteca su
vida por la materialización reinante.
Estamos presos sin
cadenas, privados de la libertad. La adaptación al medio que nos rodea tiene el
imperativo “deber” por antonomasia.
Pensemos: ¿Me considero libre? ¿Cuántas horas dedico de mi
vida, para poder adaptarme a los parámetros del mercado reinante? ¿Pienso en el
otro, a la hora de accionar mi libertad? Por
deber o placer?
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